domingo, 8 de enero de 2012

PEDIR A LOS REYES MAGOS EL PEÑÓN

En agosto de 1704, durante la guerra de sucesión española, el almirante George Rooke izaba la bandera británica en el peñón. Por el tratado de Utrecht en 1713 se estableció que el peñón con el asentamiento del poblado, su puerto y fortalezas eran cedidos en propiedad a la corona Británica como fortificación militar, sin embargo no se establecieron límites de aguas jurisdiccionales ni fronteras. En 1830 la corona Inglesa concede a la “roca” el régimen de colonia.

Han transcurrido 307 años y los españoles no hemos sido capaces de recuperar esta “insignificante” parte de nuestro territorio, por más que a lo largo de estos años se haya intentado por todos los medios: asedios, negociaciones con la ONU, cierre de fronteras etc.
En los años de la posguerra, en el Frente de Juventudes ya nos enseñaban canciones como “Prietas las filas”, “Montañas nevadas” o “Gibraltar” de cuya letra todavía recuerdo algunos pasajes “Ya tocan arrebato por el peñón de Gibraltar. Sobre tierras hispánicas erguido, como una torre infiel clavado está el peñón, pero torres mas altas han caído rendidas al orgullo español”. Eran épocas donde todavía se apelaba al imperialismo español y se lanzaban consignas dogmatizando que el destino de España era “defender y propagar los valores espirituales por todo el mundo”. Pero el tema de Gibraltar nunca llegó a un acercamiento de solución.
Llegó la transición política, la democracia y los intentos por la recuperación fueron más testimoniales que efectivos, y no se consiguió alcanzar acuerdos

El pasado 4 de agosto se cumplieron 307 años de la toma del peñón y, desde aquella fecha y durante estos años han sido numerosas las ocasiones en que la Corona Británica ha hecho gala de su prepotencia y soberanía con gestos como la visita en 1954 de la Reina Isabel y Felipe de Edimburgo, o la princesa Ana en el 2004, además del fondeo del submarino nuclear Tireless para proceder a la reparación de uno de sus reactores, hecho que congeló las relaciones con el Reino Unido.

A pesar de la resolución de la ONU promulgada en 1960 por la que considera que la situación colonial de Gibraltar atenta contra la unidad territorial de España y contradice los principios de la Carta de Naciones Unidas, no ha sido posible hallar una salida negociada que satisfaga a las partes. El problema radica en que la población gibraltareña, en consulta popular celebrada en 2003 rechazó su integración en España y según el actual status de Gibraltar como colonia, concedido unilateralmente por la Corona Británica, no es un territorio independiente por cuanto no puede existir nacionalidad gibraltareña.

Últimamente el Gobierno ha planteado ante la ONU la necesidad de negociar nuevamente sobre la descolonización de Gibraltar aduciendo, entre otras razones, que quebranta la unidad territorial de España. Por otra parte la propia ONU declara al Peñón como colonia pendiente de descolonizar.
La última intención del Gobierno Zapatero tendía a la descolonización del peñón amparándose en el Tratado de Utrecht y la postura de Naciones Unidas. Por otra parte el
Nuevo Presidente Mariano Rajoy aboga por la negociación a tres bandas entre los gobiernos español, británico y la representación de Gibraltar, con la salvedad que esta última quedase relegada mero interlocutor sin poder decisorio.

En la última reunión en la ONU de la Comisión Política y Descolonización, se abordó el fin del colonialismo para territorios no autónomos. Peter Caruana lanzó infundadas acusaciones hacia España considerando no aplicable y decadente el Tratado de Utrech, ignorando la resolución de la ONU en el Proceso de Bruselas.
Hay cuestiones que hasta la fecha no se han abordado con decisión y valentía. Solo un Gobierno fuerte será capaz de reconducir la actual situación que, por otra parte no puede prolongarse indefinidamente y a pesar que en la actual coyuntura económica no parece ser este un problema prioritario, en una U. E. en la que todavía queda mucho camino por recorrer, estos lastres históricos debieran resolverse sin mayor demora.

Las recientes elecciones Legislativas han otorgado mayoría absoluta (10 escaños de los 17) a Fabián Picardo, cabeza de lista de la coalición del Partido Socialista Laborista de Gibraltar y el Partido Liberal de Gibraltar, frente al Ministro Principal saliente Peter Caruana del Partido Socialdemócrata de Gibraltar, pero mucho nos tememos que el cambio no favorezca la negociación. El nuevo mandatario no esconde su animadversión hacia España, continua apoyando el foro tripartito de dialogo con poder decisorio igualitario y defiende la identidad y soberanía del peñón. Así las cosas no nos sorprende, que un año más, los reyes magos se olvidaran de Gibraltar.

Tarragona, 7 de Enero de 2012
Luis Álvarez de Vilallonga