sábado, 17 de diciembre de 2016

LAS CREDENCIALES DE TRUMP

 El increíble, inesperado y sorprendente triunfo de Donald J. Trump, tras las fracasadas encuestas, los analistas intentan dar una explicación de lo sucedido, pero a toro pasado cualquier argumento podría ser válido.

Uno considera que la victoria de Trump comenzó a fraguarse cuando el numeroso grupo de republicanos posibles candidatos a liderar su partido hacia la Casa Blanca subestimaron las posibilidades de Tump, dejándole libre un terreno que debieran haber acotado con estrategias y pactos que le impidiesen prosperar en sus aspiraciones.

 
Trump se presentaba como el mito de la prosperidad y riqueza alcanzada por el americano genuino (el blanco), sin mestizaje, como un genio emprendedor, empresario inmobiliario, hotelero, constructor de campos de golf y como magnate de televisión, invadiendo con la marca “Trump” cualquier sector de negocio que tocase.
El encarna la antítesis de la tradición política americana, es decir, asumir todo aquello que un candidato podría censurar de su oponente: deshonesto, inmoral, indecente, corrupto, hipócrita, plutócrata, violento etc. Así alardeando en debates republicanos de su miembro viril o de negarse a revelar su declaración impositiva y todo un rol de dislates y desatinos para cualquier mortal sensato, pero que con su personalidad produjo el resultado deseado; en efecto lejos de esconder su arrogancia, prepotencia, desprecio a toda norma social establecida, ha exhibido sin pudor y con descaro todas estas credenciales, desafiando todo puritanismo político y formal del sistema americano.

El énfasis en denunciar la precariedad de salarios de la clase obrera blanca, durante los últimos años, en beneficio de los inmigrantes, especialmente de los mexicanos, llegando a proponer la deportación de más de once millones de ilegales y la construcción de un muro en la frontera con aquel país, son propuestas que parece calaron en gente políticamente ignorante que también dieron crédito a su discurso culpando de la tasa de desempleo de los blancos a los inmigrantes, cuando en realidad esta no supera el 4,5%. Y así Trump ha logrado reavivar el odio racista que parecía estar en vías de superación en la mayoría de Estados, aunque permaneciese en ciertos sectores de algún Estado surista, y resucitando la extrema derecha estadounidense, promoviendo teorías de la conspiración, apoyándose en la derecha alternativa, la “alt-right”con facciones racistas como el Ku Klus Klan.

Pero sus técnicas no son nuevas, ya en la campaña electoral de Obama se dedicó a difamarlo proclamando su origen africano, negando su filiación americana aduciendo que había nacido en Kenia, y por tanto carecía de legitimidad para asumir la presidencia; declaraciones que posteriormente se vio obligado a rectificar.

Por otra parte su total inmersión en las redes sociales, especialmente en Twitter, le han permitido lanzar otras perlas de su repertorio, burdos improperios y falsedades hacia el partido demócrata y su candidata.
Sus proclamas no solucionarán la pobreza, la drogadicción, la alimentación basura con un porcentaje alarmante de obesidad, ni la inestabilidad familiar con una altísima cifra de divorcios, pero a pesar de todas sus credenciales ha sido elegido Presidente de EUA

Ahora pasadas las elecciones, donde la estrategia y verborrea de una campaña aborrecible de los republicanos, todos daban vencedora a Hillary Clinton, nos situamos ante una nueva legislatura donde a nadie se le escapa que las herramientas para gobernar, no son las mismas que  permiten llegar al poder. En todo caso alguien dijo que los americanos son como niños, en ocasiones inconscientes e imprevisibles, y en ese sentido me inquieta la incertidumbre que el país más poderoso del mundo, esté “en manos” de un populista millonario, visionario, cínico e imprevisible.

Luis Álvarez de Vilallonga
Tarragona, 21 de Noviembre de 2016

LA MENTIRA DEL BREXIT



El domingo 4 de Septiembre Teresa de Calcuta fue canonizada por el Papa Francisco, y de entre sus prolíficas respuestas a preguntas como “¿Cuál es la persona más peligrosa?”,  respondía “la mentirosa”. Ciertos políticos suelen tener la mentira como argumento que los mantenga en el poder.
En efecto un ejemplo lo tenemos en el Brexit que tras una campaña repleta de mentiras, manipulaciones y tergiversaciones, venció en el referéndum.
La inmigración fue el bastión sobre el que se sustentaron los partidarios del laeve (salir), apoyados por sentimientos racistas y xenófobos; otra mentira fue hacer creer al nativo que el Reino Unido tendría acceso al mercado único sin asumir la obligación de la libre circulación de ciudadanos de la Unión Europea; también falso lo de los 1.400 millones de libras mensuales que salían con destino a la Unión Europea.
 Los votantes de la clase obrera que eligieron el laeve serán los primeros perjudicados. La incertidumbre económica que se avecina, especialmente en el ser de la City de Londres, cuya recaudación impositiva en los servicios financieros es vital para el Raeino Unido, tendrá que hacer frente al acecho de las bolsas de Frankfurt y Paris, pero la City experta en los mercados financieros, poderosa, aprovechada y salvaje, no dudamos que se las ingeniará para sacar beneficio del Brexit.
La ventana de Overton ha surtido su efecto. La ciencia política empleada por Maquiavelo podría ser la precursora de esa ventana; así de acuerdo al clima de la opinión pública generada en una campaña rocambolesca, el votante se inclinó más por la recomendación del partido con el que se alinea que por la trascendencia de lo que estaba en juego. El remain (quedarse) parecía tenerlo al alcance pero en esta ocasión no fue suficiente el peso específico de Londres, y el ambiguo y doble juego de ciertos políticos obviando la corriente dominante de la sociedad integral del Reino Unido, fue todo un despropósito, amén de la previa “locura” de haber promovido un referéndum arriesgado e innecesario.
Cuando se trata de referéndums vinculantes de vital trascendencia, la información debe ser lo más amplia, veraz y ecuánime posible, valorando las ventajas e inconvenientes aun en la incertidumbre e imposibilidad de conocer las consecuencias reales en función del resultado, que podrían arrastrarse durante décadas.
La farsa fue el denominador común en la campaña por el Brexit (Londres es una cosa y el Reino Unido otra), y en los principales partidos políticos tiene mucho que ver la clase social de la que se nutren; por otra parte el modelo económico en el Reino Unido difiere poco del partido o coalición que gobierne.
Fue una campaña cínica que explotó el sentimiento anti inmigratorio (racista y xenófobo) en favor del laeve, pero sin embargo son ellos parte importante y contribuyente a la economía del país aunque están en desventajas a la hora de obtener las prestaciones de los llamados blancos (británicos nativos). El Brexit ha puesto de manifiesto la fractura de la sociedad del Reino Unido y provocado una crisis política que puede modificar el equilibrio de las tradicionales fuerzas políticas en el parlamento.  
Las consecuencias del Brexit comienzan a sentirse en las economías domésticas, que tendrán que afrontar sensibles aumentos impositivos en una crisis que afectará articularmente a las clases obreras.
David Cameron y Boris Johnson solo pensaron en mantener sus propios liderazgos, y en la campaña por el referéndum se llenaron la boca de manifestaciones falsas que conocían perfectamente.
El viaje al Brexit ya no tiene vuelta atrás, ahora es tiempo de arbitrar acuerdos con la Unión Europea que atemperen sus consecuencias negativas y que el Reino Unido, con todas sus connotaciones y peculiaridades, concluya que conforma una parte importante de Europa.

Luis Álvarez de Vilallonga

Tarragona 28 de Noviembre de 2016