viernes, 23 de mayo de 2014

ELECCIONES ÚTILES

En nuestro país, estas europeas se plantean más que por un respaldo al propio proyecto europeo, como un pulso político entre los dos grandes partidos, pero su descrédito deja abierto el camino a un cierto populismo que podría hacerse eco medrando en el Parlamento Europeo.

Populares y Socialistas, lejos de consensuar acuerdos que beneficien a nuestro país en el marco de la unión, se enzarzan en airear sus vergüenzas dando una imagen frente al electorado de que su prioridad es ocupar puestos en el parlamento al margen de propuestas programáticas que debieran escapar a planteamientos de política interna en clave electoralista con alcance de un próximo futuro. Una vez más se pone de manifiesto el desencuentro endémico entre las dos fuerzas mayoritarias incapaces de aunar esfuerzos ante un nuevo envite europeo.

Desde Maastricht, que supuso la consolidación de UE, y el posterior fracaso del intento de una Constitución, se alcanzó una importante ampliación con la entrada de países del este, y tras cuestionarse la eurozona se llega al Tratado de Lisboa que fortalece al Parlamento Europeo  alcanzando un mayor protagonismo, aunque el Consejo continuará gozando de poder decisivo.






    ¿Por qué son importantes estas elecciones? Desde el punto de vista meramente electoral, parece que en cada comicios se avanza, aunque muy lentamente, hacia el proyecto de unión fiscal y política, y con ello a la Constitución Europea que a medio o largo plaza deberá llegarse ineludiblemente; pero en las elecciones que nos ocupan se observan dos cuestiones: la propuesta de las dos grandes coaliciones de candidatos a Presidente de la Comisión, y un debate político que teóricamente debiera ir dirigido al demos europeo pero que en realidad, al no existir políticamente, se centra individualmente en los Estados miembros que objetivamente velan por sus propios intereses frente a una UE sin sistema político y sin fuero Constitucional.

Sin embargo los estados representados en la UE conocen que ante un mercado globalizado, con países emergentes y sociedades con millones de potenciales consumidores, solo con una UE consolidada, irreversible y sin marcha atrás, podrá hacerse frente y asumir los retos que el futuro depare en un mundo cambiante e imprevisible, con migraciones humanas que desesperadamente llegan, como un goteo incesante, a nuestras costas.

Luis Álvarez de Vilallonga
Tarragona, 23 de Mayo de 2014