jueves, 26 de diciembre de 2013

TOCAR EL CIELO Y DESCENDER “SENSE FER LLENYA”

El 1 de diciembre de 1998, publicaba en este mismo medio, un artículo titulado “Castells de deu” en alusión al hito que habían logrado els castellers de Vialfranca a la plaça de la Vila; desde entonces, los amantes dels castells, nos las prometíamos muy felices presagiando una escalada de torres de diez, si bien solo cuatro colles era previsible pudiesen atacar una construcción de tal envergadura. En efecto, aquel memorable 15 de noviembre de 1998 dio paso, solo seis días más tarde (22 de noviembre), a otra gesta esta vez protagonizada por els Minyons de Terrassa en la Plaça Vella descarregant el tres de deu amb folre i manilles después de un intento. Luego se fueron sucediendo torres de diez por parte de los vilafranquins: en el 2001, 2002, 2003, 2005, 2006 y 2011, pero siempre carregats.

Ha habido que esperar a San Félix de 2013 para que els Castellers de Vilafranca se sacasen la espinita y completasen majestuosamente su torre de diez, ello denota la enorme dificultad y complejidad que entraña completar esta mastodóntica construcción. Pero els Minyons no perdieron el tiempo y lograron cargar esta torre imposible en 2000, 2004 y 2010 y completarla nuevamente en 2002.
Entre estas dos colles multitudinarias, dio un golpe de autoridad, reivindicando el bressol casteller, la Colla Vella de Valls. Fue en el XVIII Concurs de castells el 8 de octubre de 2000 en la plaza de toros de Tarragona, logrando cargar el tres de deu amb folre i manilles, lo que les valió ganar aquel concurso.

En el món casteller son muchos los que se preguntan dónde está el límite, ciertamente que las técnicas modernas en preparación, cálculo informático de pesos y altura e incorporación de la mujer (aliviando el peso del castell, pero manteniendo el equilibrio, el nervio y el coraje) han supuesto un avance cualitativo, no solo en la consecución de torres de mayor altura sino también en la ejecución y belleza estética, amén de una notable disminución de la llenya en todas las construcciones.
La rivalidad existente entre colles, principalmente las que han obtenido la credencial de colla de nou residiendo en la misma localidad, provoca un incentivo añadido al hecho vestir la camisa de un determinado color, pero más allá de proyectos ilusionantes para alcanzar cotas de mayor altura (castells de gama alta o el techo de diez pisos), ser casteller es un sentir, una forma de relación social, un sello identitario que se refleja en su lema: “Força, equilibri, valor y seny”, síntesis y erudición cabal de una tradición ancestral.

El lema fue extraído de la obra Els Xiquets de Valls, del compositor barcelonés Josep Anselm Clavé i Camps, cuyos versos: "Quina gatzara, quina delícia, al poble cusen els braus Xiquets, quan fan alarde de llur perícia, força, equilibri, valor i seny!constituyen todo un himno al món casteller.
A poco de finalizar la temporada, todavía nos queda la Diada de Tots Sants y en noviembre la de la colla els Minyons de Terrassa, ya podemos afirmar que este ha sido uno de los años gloriosos de los castells. Las colles de nuestra ciudad, con sus enormes actuaciones en las finalizadas fiestas de Santa Tecla, han inscrito en la historia de la plaça castellera tarragonina
una página memorable con construcciones monumentales que nos han hecho vibrar y en ocasiones humedecer los ojos al sentir una inevitable emoción y orgullo viviendo, desde la pinya, la proximidad o la distancia, la genuina y compleja construcción de un extraordinario castell.

Ciertamente que en cuanto al “entre tots ho farem tot”ahora cabe decir “entre tots ho hem fet tot” porque el auténtico tarragoní siempre lleva dentro algo de alma castellera, de esa ilusión, aliento y anónimo compañerismo (germanor) que hacen de esta tradición algo más que construcciones que tocan el cielo y descienden a la tierra; son un sentimiento indefinible que cada uno guarda para sí y que cada año eclosiona con la aparición de las camisas castelleres.

Luis Álvarez de Vilallonga
Tarragona, 2 de Octubre de 2013

NAVIDAD, SÍMBOLOS Y OTROS ARTILUGIOS


Siempre me he preguntado porque en estas fechas aun el hombre escéptico ante la Navidad siente la necesidad de festejar, divertirse, celebrar bulliciosamente algo que en su origen nada tiene de lúdico o banal. Los que profesamos la fe cristiana, debiéramos tener bien claro que la navidad, la natividad, es la conmemoración del nacimiento de Jesús y no otra cosa , y la alegría y el gozo que nos invade responde al reconocimiento de lo que supuso la venida del Hijo para redimir al mundo. Tal afirmación podría, y de hecho los es para muchos jocoso, sin embargo es innegable que la Navidad supone una nueva doctrina evangélica de amor, fraternidad, solidaridad y concordia entre los hombres.

Durante mi infancia la Navidad representaba el tradicional belén o pesebre que no podía faltar en cada hogar, la entonación más o menos afinada de los perdurables villancicos, la ilusión de la llegada de los reyes magos de oriente cargados de regalos, que se encargaban de proveer padres, padrinos, tíos y amigos y aquí se acababa la historia.

Hoy la historia ha cambiado o nos la han cambiado y las costumbres y tradiciones ajenas nos han invadido. En Cataluña, afortunadamente hemos conservado el ancestral “cagatió” pero también ha ganado terreno, el abeto, el papá Noel o Santa Claus y al paso que vamos tendremos al Son goku o Bola de drac como símbolos navideños.



Más preocupante es el querer sobreponer el término solsticio sobre la Navidad y adornar calles y plazas de nuestras ciudades con elementos y artilugios más o menos artísticos que excluyen estrellas abetos y todo lo alegórico a la Navidad, pero quizá algún elemento novedoso sí quiera simbolizar alguna otra cosa nada edificante.

La inocencia, real o fingida, se prolongaba hasta los 6 o 7 años. Ahora es imposible mantener el artificio, entre otras cosas porque los regalos llegan antes de reyes. Pero más allá de las tradiciones, las luces, los árboles, los reyes o Santa Claus en su trineo arrastrado por renos, el sentido de la Navidad está extendido por todo el orbe de la tierra y aunque en occidente las fiesta se prolonga con la llegada del nuevo año y la Epifanía, no cabe duda que el mensaje que representa la estrella de oriente y el nacimiento de Jesús caló muy hondo en el mundo a través de los siglos y aún hoy queriéndole atribuir un sentido banal, nadie escapa estos días al espíritu solidario y generoso, especialmente hacia los niños.


¿Que hay de cierto en todo esto para un adulto?, cada cual entenderá su verdad pero es evidente que año tras año Jesús se hace presente en el pesebre de la vida, y es así que en cualquier circunstancia su mensaje nos da pie para renovar cada año el propósito de conseguir un mundo mejor en paz y convivencia, por más que en algunos sectores estas fiestas rezumen materialismo frente a poses de dogma religioso, y así obviando el mensaje de Jesús hemos construido entre todos un mundo de opulencia y miseria donde las diferencias aumentan cada año y a fuerza de ver pisoteadas vidas ajenas la piel se nos endurece y nos alineamos con justificaciones obscenas de los gobiernos poderosos.

Paradójicamente la Navidad genera júbilo y tristeza, generosidad, amor y comprensión, nostalgia y resignación, es un sinfín de sentimientos donde el espíritu afable se instala en las familias como un invitado, un visitante amigo que llega a nuestro hogar, pero, solo por unos días.
¡Feliz Navidad! Un deseo, un tópico, pero también un contrasentido mientas sabemos que medio mundo sufre en Navidad.

Luis Álvarez de Vilallonga
Tarragona, 25 de diciembre de 2013

jueves, 12 de diciembre de 2013

"FRACKING"


Desde que el pasado mes de Octubre saltaran las alarmas por los movimientos sísmicos  ocasionados desde la plataforma de almacenamiento submarino de gas Castor, emplazada frente a las costas de Alcanar y Vinaròs, por la perforación del subsuelo y que afectaron, entre otras localidades, a Benicarló, Peñíscola, Ulldecona, l’Ampolla, Deltebre, Amposta o Sant Carles de la Ràpita, casi nadie se había interesado por ese nuevo método de extracción de gas, en realidad no tan nuevo ya que en EEUU se lleva experimentando hace ya unas décadas. Pero, ¿qué significa esta desconocida palabra inglesa, para la que ni siquiera hemos encontrado traducción, y que ahora tanto nos preocupa?

Se trata de una práctica de extracción y almacenamiento de gas, y concretamente consiste en la fractura de forma hidráulica de la roca situada bajo el subsuelo inyectando a alta presión  arena, agua y otros elementos químicos para producir grietas desde la que se libere el gas depositado conduciéndolo a la superficie.

Parece que esta técnica tiene ventajas pero también inconvenientes como los que se han constatado en nuestras costas pero  que no se plantearon ni difundieron en su momento. En nuestro país no se contempla una legislación concreta para este método de explotación, y es un tema que todavía no genera un debate social a nivel general.

Ante la dependencia de energías clásicas como el petróleo o el gas en manos de productores de países cuestionados democráticamente como los del golfo pérsico, Venezuela, Rusia o Argelia, se abre la posibilidad de una alternativa a combustibles fósiles, una vía de salida y una oportunidad de negocio para las empresas.

Partiendo del axioma que establece que el progreso no es gratis y que las nuevas tecnologías y fuentes de energía tienen siempre un coste y riesgo intrínseco, convendrán que una evaluación, seguramente apresurada, por parte de grupos ecologistas radicales, no es precisamente la que nos puedan aportar luz en cuanto a las ventajas o inconvenientes del fracking.
 
Investigaciones llevadas a cabo en EEUU no parecen que planteen serios problemas medioambientales, al menos que justifiquen su prohibición, aun contemplando que la extracción mediante este sistema pudiera contaminar pozos de agua con el riesgo asociado a la aparición de gas metano. Sin embargo no cabe duda que el impacto sísmico producido en nuestras comarcas ha sido considerable generando una alarma justificada ante los aproximadamente 700 seísmos, cuya causa efecto nadie pone en duda, pero que no deja de ser un factor más de riesgo en cuanto a una valoración objetiva de la viabilidad del proyecto.

En términos porcentuales hay que decir  que en EEUU el fracking produce una cuarta parte del gas natural en todo el territorio y en ese sentido parecería que la factura del gas en nuestro país, que depende de la importación casi en un 100%, se vería reducida sensiblemente con las  posibles extracciones que se han detectado en el subsuelo.

Se trata pues de evaluar de forma racional los beneficios y los costes de un método aún por desarrollar a gran escala, cuyo riesgo constituye todavía una incógnita y que supondría analizar  cada almacenamiento, conscientes de que el gas natural  es el combustible más limpio frente al carbón o el petróleo. Y esa es la cuestión, acometer proyectos con las mayores garantías, estudios geológicos y medioambientales posibles y asumibles desde el plano energético, garantizando efectos contaminantes sostenibles, siendo honestos y realistas al considerar utópica una sociedad tecnológica libre de emisiones de dióxido de carbono.

El avance y el progreso pasa por un constante metabolismo socio natural en el marco del debate medioambiental. Tan perjudicial es el alarmismo radical como la agresividad incontrolada al medio por parte de empresas que solo se mueven por intereses particulares.
En este caso ya se ha solicitado el cierre definitivo del almacén Castor.

El fracking está servido planteando un nuevo reto cuya solución debe pasar por un debate equilibrado, ponderado y razonable, asumiendo el tributo que sin duda conlleva siempre todo progreso tecnológico.

Luis Álvarez de Vilallonga
 
Tarragona, 11 de diciembre de 2013