sábado, 3 de septiembre de 2011

INTELECTUALES Y PROFANOS


Ya desde la antigüedad, y en todas las épocas, el establecimiento de niveles del saber ha sido una constante con períodos fuertemente marcados que establecían una barrera social limitando el desarrollo del conocimiento en el “vulgo” condenándolo a permanecer en el ostracismo ilustrativo. Horacio despreciaba a la “chusma” entendida como masa ignorante.

La misión del intelectual es el ejercicio permanente del magisterio. Hoy en una sociedad sensibilizada por el conocimiento y la sabiduría donde, la paidología constituye un elemento importante para el desarrollo integral de los niños y la escolarización es un derecho establecido por ley, los jóvenes, una vez alcanzada su madurez, deberían estar en disposición de absorber los mensajes de los intelectuales. Sin embargo, lamentablemente la simplificación y el reduccionismo imperante en el sistema educativo, sobre todo en determinados campos de la educación y el conocimiento, son una losa que se arrastra marginando elementos fundamentales para la formación de los jóvenes. Sin el esfuerzo, la constancia y la tenacidad el mecanismo intelectual se atrofia y ya no se es capaz de discernir entre lo burdo y lo exquisito, lo académico y lo vulgar, o lo culto y lo prosaico.

La destrucción del intelecto implica la destrucción de la cultura en términos formales y así la lengua y las formas degeneran en nuevos fenómenos instrumentados que responden al fracaso en los procesos formativos y académicos desde la escolarización.
Constantes como el exceso de tolerancia en la ruptura o en la trasgresión de la norma educativa, la adulteración semántica, el abandono de principios básicos en la docencia y la desmotivación de los profesionales, conduce a intuir que el conocimiento no es producto del intelecto solitario y unilateral, sino la percepción colectiva volitiva del conjunto social.

Los intelectuales no debieran considerarse una casta. Nietzsche distinguía la sociedad en dos estratos uno superior, cuyo alimento es la cultura, y otro inferior para el que la sapiencia se asemejaba a un virus del que había huir. Hoy las mayorías se encuentran a caballo entre las dos, es decir ni intelectuales ni profanos, no obstante el hombre estereotipado necesita del intelectual para ampliar su capacidad cognitiva. Sin perder de vista la arrogancia y pedantería de ciertos intelectuales, que acaparan conocimientos sin ánimo de desprenderse de ellos, la elite suele conectar mediante la pluma fácil y legible, la circulación de ideas y el dialogo con el pueblo llano, afortunadamente hoy, ya despojado de epítetos despectivos como vulgo, chusma o plebe.

La educación no solo corresponde a los centros académicos, también los intelectuales, los medios de comunicación, los políticos y los referentes sociales tienen una gran responsabilidad en el tránsito del estrato profano hacia el conocimiento y el saber. Sin embargo queda todavía muy lejos el desarrollo de la cultura de masas, sobre todo en el terreno de la filosofía y las bellas artes.

Lamentablemente un medio tan poderoso como la TV no solo ha renunciado a la función formativa, muy al contrario, ciertos programas tienden a desculturizar no solo por su contenido, también un lenguaje soez y vulgar penetra en las casas donde la pantalla ha desplazado al libro. Sin embargo un espectáculo como el fútbol es capaz de acaparar cotas altísimas de audiencia sin detrimento de la cultura, porque la imagen y la competición prevalecen sobre cualquier otro concepto, es la simbiosis perfecta con el medio y de esa droga nadie se salva, eruditos, aristócratas, titulados o gente corriente beben de este fenómeno sociológico de masas que escapa a cualquier análisis objetivo y donde convergen intelectuales y profanos.
Luis Álvarez de Vilallonga
Tarragona, 1 de septiembre de 2011

1 comentario:

Marina-Emer dijo...

Me ha gustado mucho tu articulo,precisamente tal y como tú lo expones yo lo pensé en cuanto vi por tele que los profesores harán huelgas por causa de que retiran a muchos maestros y profesores...es lamentable como está la vida es como si todo se derrumba...Yo en la tele sólo veo las noticias y en la dos "Saber y ganar"y a continuación unos
documentales de animales o culturales preciosos ...también en la 33 pero la verdad que da hasco ver ciertos programas.
me copié todo el texto de tu articulo para guardarle
buenas tardes
un abrazo
Marina