viernes, 6 de diciembre de 2019

POST-TRUTH, FAKE NEWS Y FACT-CHECKING


Uno que es un ignorante en terminología anglo-sajona, comprenderán el empeño que hay que poner para familiarizarse con estas expresiones y acometer la lectura de una crónica o artículo en perfecto castellano donde aparecen anglicismos que son perfectamente homologables a nuestra lengua: así post-truth por posverdad, fake news por noticias falsas, o fact checking por acción de chequear. Pero este no era el motivo de fondo de mi artículo, aunque dicho sea de paso, entiendo que las actuales generaciones utilicen cada vez más voces con significados cortos que aparecen en el prestigioso diccionario de Oxford y que ágilmente se generalizan en prensa y redes sociales.

Lamentablemente, una vez más, mi “Espada de Damocles” gtavita sobre la clase política, aunque la sociedad civil no esté exenta de crítica. En efecto, podríamos situarnos ante el Brexit para comprobar como la utilización, en su día, por parte de Nigel Farange, de argumentos falsos, y retoricas dramatizadas, permitieron convencer a muchos votantes engañados, de lo beneficioso que sería para el Reino Unido salir de la U.E.  

Era la puesta en marcha de la posverdad (post-truth) con argucias que entraban de lleno en el terreno emocional sin hechos ni pruebas objetivas. 


También nuestros políticos han sido protagonistas de sus posverdades, aunque a decir verdad han dejado que las redes sociales hicieran el trabajo sucio, para una vez intoxicada buena parte del personal mollar con derecho a voto, utilizar los medios a su alcance para desarrollar todo la extensa modalidad de noticiasfake news) donde caben alegorías mezcladas con titulares al gusto según la intencionalidad pretendida, medias verdades o descontextualización de noticias; toda una estrategia pervertida y provocada desde el sector público. Lo peor es que entre todos han logrado que la sociedad, en no pocas cuestiones, no sepa distinguir por si misma entre lo verdadero y lo falso.


Ante tanto dislate, apareció el antídoto, la acción de chequear (fact checking) empresas o agencias que chequean las noticias o cualquier dato utilizando rigurosos filtros que  detectan lo engañoso, lo verdadero, lo falso, lo insostenible o lo indefendible. Hasta aquí se ha tenido que llegar para lograr la credibilidad que con lleva el prestigio de un medio. 
E

En realidad cuando recibimos un WhatsApp reenviado, debería aparecer la fuente del medio original del país de referencia que lo publica como responsable de su difusión, posiblemente ellocontribuiría a su fiabilidad.


Distorsionar la realidad, manipular emociones, influir sobre las creencias, aprovechar cualquier surco para sembrar cizaña, o hacer de la demagogia un hábito, son prácticas inaceptables, y en la vida pública deberían estar erradicadas, pero los políticos son maestros en ellas.         

Quedan en el tintero los lobbies identitarios, las mencionadas redes sociales que merecen capítulo aparte por su anonimato e impunidad, discursos públicos televisados con un alto grado de manipulación; pero esto ya es harina de otro costal.

Tarragona, 10 de Agosto de 2019

 Luis Állvarez de Vilallonga

No hay comentarios: